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Soraya Clemente, Lic en Trabajo Social, Profesora Universitaria, Especialista en Dinámica de Grupos, Master en Educación para Padres, Especialista en Desarrollo Humano y Comunicaciòn, Formadora Andragógica

martes, 29 de noviembre de 2011

Los juicios, una práctica nociva para las relaciones interpersonales y mucho más

Un juicio es un tipo de comunicación mediante el cual evaluamos la conducta de otra persona como errónea, mala, inconveniente, inadecuada... cuando esta no se enmarca en nuestro esquema de valores , en lo que pensamos que es bueno e importante con relación a nuestra visión del mundo, ejemplo: «Lo que pasa es que eres negligente»,« eres un descuidado», «esto es inapropiado»,«eres una bestia», «como pudiste hacer eso», «qué verguenza» también constituyen formas de emitir juicios: culpabilizar, subestimar, poner etiquetas, criticar, comparar, emitir diagnósticos . Lo anterior se fundamenta en ideas preconcebidas de lo que está «bien o mal».
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Quien tiene esta actitud vive clasificando en base a su percepción y emitiendo conclusiones sobre quien es bueno o malo, anormal o normal, responsable o irresponsable etcétera , vigilando y juzgando a los demás. por como piensan, sienten y actuan. Hay ausencia de respeto y aceptación.

Es una forma de expresar valores y necesidades que genera en el otro una actitud defensiva, de temor, culpa o verguenza, que aleja, intimida, y ataca la autoestima, creando resentimiento.

Se puede inferir entonces que este tipo de juicio moralista promueve la comunicación violenta.

Por ello, es recomendable aprender a describir conductas para así señalar hechos y no opiniones, aceptar y respetar las diferencias individuales siendo tolerantes. Valorar estos derechos fortalece los nuestros y promueve la tranquiilidad emocional, además de ganar confianza y seguridad ya que el otro podrá mostrarse tal y como es sin sentirse amenazado ni juzgado.

Comunicarnos sin juzgar o con un mínimo de juicio mejorará el clima emocional y la salud propia y ajena.