Un juicio es un tipo de comunicación mediante el cual evaluamos la conducta de otra persona como errónea, mala, inconveniente, inadecuada... cuando esta no se enmarca en nuestro esquema de valores , en lo que pensamos que es bueno e importante con relación a nuestra visión del mundo, ejemplo: «Lo que pasa es que eres negligente»,« eres un descuidado», «esto es inapropiado»,«eres una bestia», «como pudiste hacer eso», «qué verguenza» también constituyen formas de emitir juicios: culpabilizar, subestimar, poner etiquetas, criticar, comparar, emitir diagnósticos . Lo anterior se fundamenta en ideas preconcebidas de lo que está «bien o mal».
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Quien tiene esta actitud vive clasificando en base a su percepción y emitiendo conclusiones sobre quien es bueno o malo, anormal o normal, responsable o irresponsable etcétera , vigilando y juzgando a los demás. por como piensan, sienten y actuan. Hay ausencia de respeto y aceptación.
Es una forma de expresar valores y necesidades que genera en el otro una actitud defensiva, de temor, culpa o verguenza, que aleja, intimida, y ataca la autoestima, creando resentimiento.
Se puede inferir entonces que este tipo de juicio moralista promueve la comunicación violenta.
Por ello, es recomendable aprender a describir conductas para así señalar hechos y no opiniones, aceptar y respetar las diferencias individuales siendo tolerantes. Valorar estos derechos fortalece los nuestros y promueve la tranquiilidad emocional, además de ganar confianza y seguridad ya que el otro podrá mostrarse tal y como es sin sentirse amenazado ni juzgado.
Comunicarnos sin juzgar o con un mínimo de juicio mejorará el clima emocional y la salud propia y ajena.
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Quien tiene esta actitud vive clasificando en base a su percepción y emitiendo conclusiones sobre quien es bueno o malo, anormal o normal, responsable o irresponsable etcétera , vigilando y juzgando a los demás. por como piensan, sienten y actuan. Hay ausencia de respeto y aceptación.
Es una forma de expresar valores y necesidades que genera en el otro una actitud defensiva, de temor, culpa o verguenza, que aleja, intimida, y ataca la autoestima, creando resentimiento.
Se puede inferir entonces que este tipo de juicio moralista promueve la comunicación violenta.
Por ello, es recomendable aprender a describir conductas para así señalar hechos y no opiniones, aceptar y respetar las diferencias individuales siendo tolerantes. Valorar estos derechos fortalece los nuestros y promueve la tranquiilidad emocional, además de ganar confianza y seguridad ya que el otro podrá mostrarse tal y como es sin sentirse amenazado ni juzgado.
Comunicarnos sin juzgar o con un mínimo de juicio mejorará el clima emocional y la salud propia y ajena.