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Soraya Clemente, Lic en Trabajo Social, Profesora Universitaria, Especialista en Dinámica de Grupos, Master en Educación para Padres, Especialista en Desarrollo Humano y Comunicaciòn, Formadora Andragógica

domingo, 4 de marzo de 2012

La Responsabilidad de ser Padres


Ser padres es con seguridad la tarea de mayor envergadura que decidimos* acometer en nuestra vida debido a sus implicaciones, complejidad, diversidad, dinamismo, retos, trascendencia... hecho hermoso, grato, emotivo... y algunas veces doloroso, angustiante, preocupante.
Es una tarea guiada fundamentalmente por el amor bien entendido y juzgada por sus resultados. Requiere entonces, preparación (antes y durante), involucración y compromiso. Señalo a continuación algunas ideas para reflexionar:
  • La responsabilidad de la educación de los hijos es de ambos padres, es inconveniente recargar sólo a uno de estos en dicha tarea. Para óptimos resultados debe ser un trabajo en equipo. Los padres, sean pareja o no, deben construir y mantener una relación sana, además de estar claros en sus roles.
  • Los hijos necesitan participar de forma sentida en la familia, ser valorados, escuchados y tomados en cuenta.
  • Los hijos podrían tener proyectos de vida diferentes a las expectativas de los padres y esto debe ser aceptado, ya que es parte del proceso de autonomía y crecimiento, indispensable para la independencia, propio de las diferencias individuales y unicidad de cada ser humano. Lo anterior no obvia la necesaria orientación por parte de los padres quienes son guías fundamentales en ese proceso.
  • La confianza, aceptación, tolerancia, paciencia y apertura hacia los hijos son factores esenciales tanto para el logro de una comunicación fluida y eficaz como en el desarrollo de una personalidad segura.
  • En la dirección de la crianza hay dos estilos que deben ser evitados por sus resultados indeseables: el autoritarismo y la permisividad, es preciso buscar el equilibrio que provea una adecuada disciplina familiar en un clima de cordialidad: firmeza y afectividad.
  • Se requiere entonces corregir la conducta del niño sin agredirlo en su ser como persona. También es perjudicial ignorar, recurrentemente, conductas no loables, inoperantes, inapropiadas, inadecuadas, nocivas ya que con ello se estaría contribuyendo a una formación distorsionada disfuncional. La clave es equilibrio: integrar saber y estrategia con lo emotivo: manifestaciones de afecto que lo hagan sentirse querido y autocontrol al relacionarse y disciplinar.
  • Padres muy cariñosos pero complacientes o no activos en la disciplina pueden generar tanta disfuncionalidad como padres poco afectivos y castigadores.
  • Se aprende a ser padres siendo padres, en un ejercicio auto-observante, responsable, informado sobre cómo ocurre el desarrollo infanto-juvenil en sus diferentes esferas e implementando estrategias de crianza y amando sanamente a nuestros hijos.
  • El principal interés es contribuir en la preparación de un ser humano, una persona para la vida, tarea inacabada y que ellos mismos irán complementando, pero ya con una base, cuando salgan del hogar primario y marquen por si mismos su recorrido vital, sin muletas, con alas propias, plenos de recursos.
Es importante tener conciencia de esta altísima responsabilidad: preocuparse y ocuparse.

*Sea cual sea la circunstancia, habrá sido una decisión, bien o no tan bien pensada, preparados o no, la decisión tiene un resultado: el nacimiento de un ser y la responsabilidad primaria que se asume por lo que será la base de la vida de esa persona.


Prof. Soraya Clemente de F