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Soraya Clemente, Lic en Trabajo Social, Profesora Universitaria, Especialista en Dinámica de Grupos, Master en Educación para Padres, Especialista en Desarrollo Humano y Comunicaciòn, Formadora Andragógica

lunes, 8 de agosto de 2011

El paradigma personal

Cada persona elabora mentalmente una representación de la "realidad" un mapa vital del territorio y este mapa es su visión del mundo, le sirve de guía, a través de él interpreta, da sentido a la vida, al acontecer, las personas y sus acciones cobran significado, prevé el futuro, hace ajustes, se adapta. Ello igualmente limita la acción perceptiva, el pensamiento y la conducta. Es el paradigma personal : la representación individual de la realidad, su concepción de la realidad , (cada cabeza es un mundo dice la sabiduría popular). El paradigma es un modelo enmarcado, limitado, lo que esté fuera de éste incrementa el ángulo de distorsión de la percepción y dificulta el entendimiento. La tendencia es resaltar, aceptándolo, aquello que esté acorde e ignorar o descalificar lo que no.

Es una construcción mental cuyo sistema central lo constituyen las ideas, creencias, suposiciones, reglas para procesar las experiencias, el autoconcepto y el concepto del mundo , todo en conexión . Se retroalimenta a sí mismo y aunque es dinámico tiene carácter de permanencia y persistencia que provee la necesaria estabilidad que brinda una identidad personal.

El paradigma se forma a medida que se van estructurando y consolidando creencias y reglas y es un proceso que dura toda la vida.

Las creencias tienen para la persona valores diferentes y poseen estructura jerárquica, las que tienen mayor jerarquía son las relacionadas con la identidad, representan verdades incuestionables ya que son nucleares, debido a su gran relevancia son defendidas por el individuo contra todo cambio o información que pretenda invalidarlas. Por otra parte las creencias menos importantes se ubican en la periferia y son más susceptibles al cambio.

La evolución del paradigma está determinada por la proporción entre creencias centrales y periféricas, en cómo es la estructura y el grado de rigidez o flexibilidad de sus interconexiones.

Entonces, sistemas donde las creencias nucleares prevalecen, son muy estructuradas y se interconectan rígidamente generan un individuo de fuerte identidad aunque rígido, normativo y con gran resistencia al cambio. Por otra parte creencias nucleares escasas, poco articuladas o muy flexibles, hacen un individuo que se adapta muy fácil a los cambios, con una identidad débil, inestable, cambiante. El primer caso excesivamente rígido y el segundo excesivamente flexible.

Se infiere que lo deseable es que haya una proporción adecuada entre creencias centrales y periféricas, una articulación óptima que de un sentido de identidad estable pero con flexibilidad y apertura al cambio.
Es evidente que cada persona tiene su paradigma piensa, siente, actúa y se relaciona influida por este
En otro escrito, examinaremos como se forman esa estructuras. Recuerden: conocer para comprender y saber que hacer.

Bibliografía de consulta: Heriberto GonzáleZ-Méndez E. El paradigma personal. Un modelo integrador en psicoterapia. ULA. 2005


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