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Soraya Clemente, Lic en Trabajo Social, Profesora Universitaria, Especialista en Dinámica de Grupos, Master en Educación para Padres, Especialista en Desarrollo Humano y Comunicaciòn, Formadora Andragógica

jueves, 13 de diciembre de 2012

Cómo establecer límites en el comportamiento de los hijos


Establecer límites en la crianza de los hijos es una habilidad de necesario y temprano desarrollo por parte de los padres, Su implementación debe iniciarse desde los primeros meses de vida del niño y mantenerse de manera sostenida y dinámica a lo largo del ciclo vital hasta la transición a la adultez joven. Es parte esencial de la formación de hogar.

Mientras más temprano se empiece menos sufrimiento para padres e hijos y mejores resultados. He aquí algunas sugerencias:
  • Se firme en el tono y la forma: evita la hostilidad , ni tan débil ni tan fuerte. 
  • Habla de forma clara y  directa:  ´´Es hora de ir a dormir¨  ¨Juega afuera¨
  • Se específico, evita reglas imprecisas o subjetivas: en vez de ¨ven a casa temprano¨ indica: ¨regresa a casa a las 6¨
  • Utiliza instrucciones positivas: en lugar de¨no grites¨ di ¨habla en voz baja¨
  • Emplea palabras impersonales : que el conflicto sea entre el niño y la regla, en vez de ¨quiero que te vayas a dormir...¨ expresa " sabes que hay un horario para ir a dormir, es hora de acostarse¨Explica la razón de la regla
  • Asegúrate  de reforzar el cumplimiento de la regla y de ser consistente entre lo que se dice y lo que se hace.
  • Revisa las reglas cada cierto tiempo para actualizarlas y adecuarlas a la edad del niño u adolescente y las nuevas necesidades y circunstancias.
  • Ofrece participación en la construcción de las normas, evita el exceso de estas, muestra flexibilidad y da libertad eventualmente o cuando el asunto no revista relevancia.
  • Fíjate expectativas reales acordes a la edad y características del hijo, eso implica conocerlos bien y aceptarlos tal cual son, lo que no implica el no plantearnos moldear, corregir, fortalecer, eliminar algunas conductas, más bien es la base para ello.
  • Ofrece alternativas de conducta que conduzcan siempre  a lo que se quiere que el niño u joven haga.
  • Da tiempo, recuerda que el aprendizaje es un proceso y que los hábitos y costumbres se adquieren con el tiempo, lo mismo sucede cuando queremos desmontar una conducta inoperante.
  • Asegúrate de que comprendan lo que dices.
  • Evita los discursos , sobreexplicaciones, súplicas, amenazas, gritos, repeticiones de órdenes. pérdida del autocontrol.
  • Recuerda las reglas ocasionalmente.
  • Se consistente, evita decir una cosa ahora y otra más tarde; igual que ceder a los berrinches, presiones o manipulaciones. 
  •  Acércate e invítalo a razonar su comportamiento para que progresivamente aprenda a  asumir la responsabilidad por lo que hace
  • No disciplines desde la rabia o el cansancio, a veces es necesario un tiempo fuera para los padres cuando se saturan o estresan.
  • Busca equilibrar firmeza con afectividad.
  • Los padres  deben trabajar en equipo, apoyarse mutuamente, reforzar los acuerdos de crianza.
  • Cuidado con aliarse con algun hijo o  hijos en contra del otro padre, el padre que hace esto se autodescalifica y descalifica al otro miembro del equipo contribuyendo a la anarquía familiar y la disfuncionalidad.

Finalmente recuerda que cada hijo es único y amerita una estrategia personalizada.

Prof Soraya Clemente de F


sábado, 24 de noviembre de 2012

Saber cuando pedir ayuda, es una fortaleza



En la vida se presentan situaciones que por su magnitud y características no podemos manejar sólos, puede tratarse de una enfermedad oculta, un conflicto, una adicción, una pérdida, una toma de decisión difícil, algo que nos perturba, que sentimos desborda nuestra capacidad, que nos paraliza , o que nos causa sufrimiento emocional, temor; es una situación que se prolonga y que impide u obstaculiza nuestro fluir. Llevar esto en silencio es temerario.

Si bien es cierto que ante cualquier  situación problema debemos esforzarnos lo suficiente por resolver oportunamente por nosotros mismos, también lo es que si vemos  que no logramos un resultado satisfactorio, que se complica cada vez más, que se nos escapa de las manos, que rebasa nuestros recursos, entonces debemos pedir ayuda, es lo más inteligente.

Se puede acudir a familiares, amigos, profesionales, a quien resulte lógicamente idóneo para ayudarnos.

Saber pedir ayuda oportunamente es una habilidad que debemos desarrollar para enfrentar dificultades y resolver problemas, con la condición de que previamente hagamos el esfuerzo suficiente y sostenido , expresado en conductas concretas, para solventar o superar la situación por nosotros mismos.

Tan nocivo es habituarse a pedir ayuda constantemente y para casi todo, sin hacer esfuerzo previo, como no saber cuando pedir ayuda por creer que siempre se podrá salir sólo, aunque los hechos digan lo contrario.

Así pues, evitemos consecuencias indeseables, sufrimiento emocional innecesario, complicaciones, que problemas simples se transformen en conflictos difíciles, busquemos ayuda cuando sea necesario y apropiado.

Prof. Soraya Clemente de F



jueves, 6 de septiembre de 2012

La calidez como recurso comunicacional


La calidez es un rasgo de la personalidad importantísimo para mantener relaciones interpersonales funcionales y eficaces.

Qué es la calidez?
Es un estado de equilibrio emocional y mental, que nos permite ser gentiles con los demás, actuar de forma calmada, serena; escuchar y valorar realmente a esa otra persona; implica autocontrol emocional, aceptación de la diferencia, tolerancia, paciencia, flexibilidad, valoración del otro en cuanto ser humano con emociones, sentimientos, pensamientos y conductas que pueden o no agradarnos pero que podemos ser capaces de comprender, sin juicio ni critica, lo cual no implica ausencia de expresión de nuestro punto de vista, sólo que este se ofrece de forma tal que ayuda al otro a ayudarse y sentirse mejor consigo mismo. Una sugerencia es evitar el sarcasmo y todas aquellas conductas que puedan ser entendidas como agresión.

Ser cálido es un aprendizaje, se puede ejercitar, es asombroso como puede contribuir a mejorar nuestras relaciones y los beneficios que nos trae internamente, es una práctica dirigida a generar en nosotros mismos un estado de tranquilidad y paz al hablar, pedir algo, hacer un planteamiento, disentir, escuchar, comunicar. Expresarnos con calidez tiene retribución positiva casi que de inmediato.

Es importante tener conciencia de nuestra comunicación no verbal, sonreir, hacer contacto visual, transigir en lo no relevante.

Con la calidez se busca, y se logra, estar en paz con uno mismo y con los demás, facilitar el acercamiento afectivo, que  los otros disfruten el compartir o estar junto a nosotros.

¿Tenemos conciencia de nuestro grado de calidez? podemos medirlo por cuan bien se sienten los demás al interactuar con nosotros y viceversa. La calidez incrementa nuestra capacidad de influir y persuadir, es decir , es parte del poder personal.

Prof. Soraya Clemente

jueves, 2 de agosto de 2012

10 consejos básicos para aplicar límites educativos

Son  claros y aplicables, una ayuda en la compleja tarea de disciplinar y formar carácter y hábitos de autodisciplina con los hijos así como ayudar a los padres cuando nos toca apoyar temporalmente.

 

10 consejos básicos para aplicar límites educativos

Cuando necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo y "ahora" (recoger los juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:



1. Objetividad. Es frecuente escuchar en nosotros mismos y en otros padres expresiones como "Pórtate bien", "sé bueno", o "no hagas eso". Estas expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. "Habla bajito en una biblioteca"; "da de comer al perro ahora"; "agarra mi mano para cruzar la calle" son algunos ejemplos de formas que pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tu hijo.
2. Opciones. En muchos casos, podemos dar a nuestros hijos una oportunidad limitada para decidir como cumplir sus "órdenes". La libertad de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control, reduciendo las resistencias. Por ejemplo: "Es la hora del baño. ¿Te quieres duchar o prefieres bañarte?". "Es la hora de vestirse. ¿Quieres elegir un traje o lo hago yo? Esta es una forma más fácil y rápida de dar dos opciones a un niño para que haga exactamente lo que queremos.
3. Firmeza. En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Por ejemplo: "Vete a tu habitación ahora" o "¡Para!, los juguetes no son para tirar" son una muestra de ello. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: "¿Por qué no te llevas los juguetes fuera de aquí?"; "Debes hacer las tareas de la escuela ahora"; " Vente a casa ahora, ¿vale?" o "Yo realmente deseo que te limpies". Esos límites son apropiados para cuando se desea que el niño tome un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones "debe estar hecho", serás mejor cómplice de tu hijo si aplicas un firme mandato. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.
4. Acentúa lo positivo. Los niños son más receptivos al "hacer" lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos. Algunas represiones directas como el "no" o "para" dicen a un niño que es inaceptable su actuación, pero no explica qué comportamiento es el apropiado. En general, es mejor decir a un niño lo que debe hacer ("Habla bajo") antes de lo que no debe hacer ("No grites"). Los padres autoritarios tienden a dar más órdenes y a decir "no", mientras los demás suelen cambiar las órdenes por las frases claras que comienzan con el verbo "hacer".
5. Guarda distancias. Cuando decimos "quiero que te vayas a la cama ahora mismo", estamos creando una lucha de poder personal con nuestros hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: "Son las 8, hora de acostarse" y le enseñas el reloj. En este caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.
6. Explica el porqué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es explicar al niño porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños, manifiesta la razón en pocas palabras. Por ejemplo: "No muerdas a las personas. Eso les hará daño"; "Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos".
7. Sugiere una alternativa. Siempre que apliques un límite al comportamiento de un niño, intenta indicar una alternativa aceptable. Sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: "ese es mi pintalabios y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar". Otro ejemplo sería decir: "no te puedo dar un caramelo antes de la cena, pero te puedo dar un helado de chocolate después". Al ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto.
8. Firmeza en el cumplimiento. Una regla puntual es esencial para una efectiva puesta en práctica del límite. Una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos seguramente intentarán resistir.
9. Desaprueba la conducta, no al niño. Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir "eres malo", deberíamos decir "eso está mal hecho" (desaprobación de la conducta).
10. Controla las emociones. Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser verbalmente y/o físicamente abusivos con sus niños. Hay épocas en que necesitamos llevar con más calma la situación y contar hasta diez antes de reaccionar. La disciplina consiste básicamente en enseñar al niño cómo debe comportarse. No se puede enseñar con eficacia si somos extremamente emocionales. Delante de un mal comportamiento, lo mejor es contar un minuto con calma, y después preguntar con tranquilidad, "¿que ha sucedido aquí?". Todos los niños necesitan que sus padres establezcan las guías de consulta para el comportamiento aceptable. Cuanto más expertos nos hacemos en fijar los límites, mayor es la cooperación que recibiremos de nuestros niños y menor la necesidad de aplicar consecuencias desagradables para que se cumplan los límites. El resultado es una atmósfera casera más agradable para los padres y los hijos.
Fuente consultada:- Teach your child to behave disciplining with love from 2 to 8 years.
Autor: Charles E. Schaefer, Ph.D., profesor de Psicología y director del Centro de Servicios Psicológicos en la Universidad de Fairleigh Dickinson.

sábado, 30 de junio de 2012

El mal humor. rompamos esa cadena

Se dice que el mal humor es un recurso que usa la persona para sabotear su propio estado de ánimo.

Todos poseemos un aspecto positivo, de progreso y saludable crecimiento y otro aspecto que se opone a este último. El primero está relacionado con el placer, la felicidad y la libertad que el individuo se da para acceder a estas; el segundo es el aspecto negativo  (el aspecto que se opone al primero) conformado por las tendencias obstructivas  cuyo objetivo es atacar para impedir el bienestar emocional.

Surge entonces el enojo fácil,  que lamentablemente se convierte en un hábito, que se manifiesta en palabras, sentimientos y acciones. El enojadízo se ataca a sí mismo y a sus vínculos más sólidos, los seres cercanos, íntimos. De esta forma se castiga y castiga a los demás. Vive lamentándose de situaciones cotidianas , que magnifica, pudiendo desarrollar una visión pesimista de la vida.


Su actitud de exagerar las contrariedades, lo ciega y hace sordo, lamentablemente no mudo, como consecuencia se mete presión él y hace lo mismo con los demás.

Se ha observado que la persona muestra cambios de humor previo al disfrute o  placer que le pueda generar una determinada actividad, como castigándose por haberse permitido un relax. Parece expresar un sentimiento profundo de no merecer, el yo castrador le impide participar en la alegria y con su amargura dificulta los vínculos nutritivos, bloquea el intercambio de afecto, se reprime y distancia.
En ocasiones puede usar el silencio como mecanismo de mostrar reprobación a otro u otros, no dirigiéndoles la palabra. Esta actitud genera en los otros miedo, evita el acercamiento afectivo, reprime las ideas creativas por temor a equivocarse y ser castigado.

En esta situación están presentes problemas para dialogar de igual a igual, intolerancia, elevados niveles de exigencia, inflexiblidad o rigidez todo lo cual profundizará los desencuentros, el desgaste en la convivencia y fortalecerá o estimulará complejos de inferioridad en los otros.

Algunas sugerencias para luchar contra el autosaboteo del mal humor expresado en enojo por cualquier cosa:
  • Elegir una mañana completa para practicar el buen humor, esto requiere prepararse con anticipación. Va a requerir de usted el esfuerzo de tomar la contrariedades sin enojarse.
  • Por una semana propóngase hablar poco pero escuche todo lo que pueda, especialmente a sus hijos. ellos son naturalmente sanos. atienda y analice seriamente las críticas hacia usted, no se defienda ni justifique, piense sobre ello.
  • Procure detectar inseguridades y miedos en los niños de su familia, háblelo con ellos, Recuerde que las angustias de los niños son transmitidas por los adultos
Es importante tomar el control de lo que se siente, igualmente darse cuenta de que si las circunstancias que generan irritación están fuera de control, enojarse sólo las agravará.
    El  mal humor es un mal hábito, tomará tiempo erradicarlo, previo a ello hay que reconocerlo y aceptarlo como cualidad, luego reflexionar y analizar para superar este mal aprendizaje que trae desarmonía consigo mismo y con los demás.

    El mal humor impide que la persona fluya libremente, disfrute y comparta las alegrías  de la vida, impide el confort interno y afecta la salud. A quitarse esa cadena.

    Este estado es superable con la disposición de la persona a cambiar pensamientos y actitudes, darse cuenta y auto-observarse. persistir y darse cuenta que merece disfrutar y gozar la vida, es una cuestión de usar la inteligencia racional en beneficio de la emocional.

    Si observamos, la sonrisa tiene un poder grandioso e inmediato: sonrían y muy probablemente se verán gratificados placenteramente, mínimo con una amable sonrisa de vuelta.  De forma similar mostrar enojo también tiene un efecto tremendo e inmediato, pero ciertamente  no  gratificante, sino displacentero  para las partes. Tenemos el poder de elegir , ¿Cuál sería mejor elección?
      
    Recuerden que el buen humor es signo de inteligencia emocional y un recurso de resiliencia , es decir para enfrentar y superar las adversidades o dificultades del diario vivir. por ello:
     Evite: 
    • Tomarse todo en serio todo el tiempo.
    • Sobredimensionar las palabras o acciones de los demás.
    • Sobrecargarse de tareas sin descanso.
    • Prestar excesiva atención al comportamiento de los demás. 
    • Querer que los otros piensen, sientan y actúen como lo haría usted, recuerde ellos no son usted y tienen el mismo derecho  que usted a ser quienes son.
    • Postergar o acumular problemas, por pequeños que estos sean.
     En cambio:

    • Desafíe los pensamientos que le suscitan enojo. Incorpore información atenuante a lo que percibe. 
    • Reencuadre lo que le sucede dándole un sentido más favorable
    • Detenga los pensamientos negativos.
    • Resuelva los problemas pequeños, uno a uno, no confunda el problema con la persona.
    • Dedique tiempo al esparcimiento.
    • Practique con regularidad alguna disciplina como el yoga, taichi.
    • Escuche música que le provoque relax.
    •  Cotidianamente dedique tiempo a actividades que le den placer.
    • Vea, lea y escuche cosas que lo hagan reír: películas, chistes.
    •  Encuéntrele el lado gracioso a lo que le sucede, tómelo como un hábito, ríase hasta de usted mismo. 
    • Busque sonreír con frecuencia, su cuerpo y mente se lo agradecerán y su entorno también.




     Referencia:  Lydia Febre. El diálogo puede ser una solución.

    jueves, 21 de junio de 2012

    La queja, un recurso comunicacional equívoco







    Aunque usted no lo crea: la queja expresa un enojo con nosotros mismos, sirve para "resolver" o canalizar nuestra angustia, pero eso es lo único que resuelve.

    El fenómeno consiste en una manifestación  recurrente  sobre algo que nos incomoda y en lo que tenemos responsabilidad directa y sin embargo no asumimos compromiso ni conductas hacia la posible solución, buscando que sea otro quien satisfaga y si no lo culpabilizaremos de nuestra desgracia.

    La queja consiste en dar énfasis y colgarse de las dificultades, de aquello con lo que no estamos conformes: verbalizándolo reiterada e  insistentemente. Se dice que el poder destructivo de la queja está en su repetición. La Dra Lydia Febre, connotada psiquiatra,  habla de un ciclo o espiral de la queja:
    1. La queja se verbaliza
    2. La oye el oído
    3. Se graba
    4. El cerebro la envía como orden
    1. Se vuelve a pronunciar y así sucesivamente se repite el ciclo 2,3,4- 1
    Cómo y donde interrumpiría usted el ciclo de queja?

    Los motivos para mostrar disconformidad con otros en forma de queja son:
    • No me atienden como yo desearía
    • No me cuidan lo suficiente
    • No me obedecen
    • No están a mi disposición
    La idea es hacer sentir al otro que su proceder está mal (y de hecho pueden lograrlo), hacerle saber que no está respondiendo a nuestras  expectativas; transmitir culpa para que el otro reaccione y nos obedezca, atienda nuestras demandas, aquí estriba su poder de uso.

    Este poder, además de nocivo para las relaciones, es temporal y contraproducente ya que el otro terminará alejándose, cansado de tener que aguantar una culpa que no tiene.

    Hay otro tipo de queja que es la que se emite con la finalidad, consciente o inconscientemente, de manipular a alguien para que cumpla un propósito determinado ejemplo: " me duele mucho el estómago, quisiera tratarme  pero..."  el objetivo es ver si el otro se hace cargo de mí, expresa lo que se llama fantasía hipocondríaca " si estoy enferma(o) me cuidarán, en consecuencia me aman". Acudir constantemente a este tipo de recursos para llamar la atención hará que la persona se enferme realmente. Existe en estas personas un gran temor a la soledad y a ser abandonados que se expresa en el tipo de enojo representado en la queja. El quejoso resiente y teme la libertad e independencia del otro.

    La actitud pro-queja hace que el cerebro de la persona se olvide de los aspectos positivos y no haga un honesto reconocimiento hacia los sucesos favorables que ocurren en su vida, olvidando el agradecimiento.  En este sentido una recomendación que hace la Dra Febre es fijar la atención en las cosas comunes, cotidianas y valorarlas, como una forma de resolver este aprendizaje inadecuado e ir reaprendiendo otra postura ante la vida, más sana y eficaz.

    Otra forma de queja es: "No me comprendes" la cual, progresivamente, va a sembrar un sentimiento de rechazo hacia quien se dirige la queja, por el convencimiento de que éste es culpable de lo que le sucede y de que la realidad es así de negativa como la ve. Se pierde la capacidad para reaccionar y hacer los cambios necesarios, esto puede llevar a la persona a un estado depresivo auto-inducido.

    Por otro lado, la persona empieza a asumir el rol de víctima. De esta manera imagina que todo lo que sucede en su vida es como consecuencia de acciones de terceros, ella no percibe su responsabilidad en ello, entonces responsabiliza de su padecer a los otros a quienes demandará soluciones.

    Es así que "La queja negativiza, enoja al sujeto con los otros imaginarios responsables, lo paraliza a la espera de que los demás, que lo "escuchan", tomen la iniciativa de resolver por él". Se dice que esta actitud lleva implícita un componente agresivo-destructivo.

    La queja sobre malestares corporales:
    1. El cerebro oye la orden verbal y obedece
    2. Comienzan a bajar las defensas
    3. Aparece la enfermedad
    Aunque el origen es psicobiológico  la enfermedad que surge es real y requiere atención clínica. La mente enferma al cuerpo. La fantasía sobre estar enfermo se concreta. Es el poder de la queja sobre la mente, el efecto bumerán de la queja.

    En conclusión, es un asunto de asumir la vida con todos sus matices y actuar para resolver; al otro se le puede solicitar cooperación, hacerle peticiones directas con claridad  y respeto, ganarnos su confianza y apoyo pero no endosarle nuestros asuntos y exigirle al respecto.

    Se está en una relación interpersonal en libertad, no en dependencia, ya que sería anularnos como personas desdibujar nuestro yo, debilitar nuestro poder personal para pensar, tomar decisiones, asumir riesgos, hacer, rehacer, cambiar.

    Somos responsables de nuestra vida, esto empieza por amarnos, respetarnos, hacernos cargo de nosotros y hacer que sucedan cosas que nos impulsen hacia adelante, evolucionando. Ello es posible, tenemos la capacidad y nos lo merecemos.

    Aprender, desaprender, reaprender.





    Referencia: Lidya Febre. El diálogo puede ser una solución.Edit. Lumen













    sábado, 9 de junio de 2012

    Amores Irracionales o pseudoamor


    Cuando se habla de amor patológico nos referimos al que ocasiona sufrimiento consciente, donde los motivos para estar juntos se sustentan en razones secundarias tales como: satisfacción sexual recíproca, refugio de la soledad, "trabajar en equipo"  y otras . En este tipo de amor se observa inmadurez emocional.

    A continuación les presentaré una descripción y análisis de amores llamados neuróticos, para ello me apoyaré en la obra de Erick Fromm: El arte de amar, cuya lectura les recomiendo ampliamente.

    El amor idolátrico: 
    Es una forma de pseudoamor que suele experimentarse como "el gran amor"  se da cuando la persona  aún no ha alcanzado una sensación de identidad propia, de sentir su yoidad, su poder productivo como persona, entonces tiende a "idolizar" tener como ídolo a la persona amada;  proyecta en ella y la hace portadora de todo amor, luz, dicha y poder, mientras ella se priva de toda fuerza y se pierde en el otro en vez de encontrarse, adora al otro y pone todas sus expectativas en este . A la larga ningún ser humano es capaz de responder a las expectativas de su adorador por ello sobrevendrá la desilusión, para remediarlo la persona suele buscar un nuevo ídolo repitiéndose la historia, a veces de forma interminable. Esta experiencia de amor se caracteriza por un inicio intenso y precipitado. En ocasiones esta idolatría es mutua, pudiendo llegarse a decisiones extremas por respuestas irracionales. Este tipo de amor suele describirse erróneamente como "el verdadero amor".

    El amor sentimental:
    Esencialmente se experimenta en la fantasía, no en el aquí y el ahora de la relación con otra persona real. Se presentan como consumistas de películas, novelas, canciones románticas que les producen una gratificación amorosa sustitutiva, se conmueven hasta las lágrimas con estas fantasías,  todos sus deseos de amor, unión e intimidad insatisfechos hallan salida a través de estas experiencias. Parejas que en su vida real no saben como salvar el muro que los  separa se conmueven al compartir la dicha o la desventura de una pareja en pantalla, experimentan sensaciones de amor como expectadores del amor de otros, sin lograr descender a su realidad para confrontar y buscar vías para propiciar el acercamiento de ellos mismos en la vida real. Estas parejas fantasean por un estado amoroso pasado (cierto o falso) o tal vez una posibilidad en el futuro, que anhelan y que no tiene basamento en el actual estado de cosas, sobre el que permanecen congelados. Es una forma de aliviar la soledad y la separación o distancia emocional que sienten.

    El amor proyectivo:
    Consiste en el uso de mecanismo proyectivos a fin de evadirse de los problemas propios y concentrarse en las flaquezas, debilidades, vulnerabilidades  de la persona amada. Estos individuos son muy sutiles para captar los aspectos débiles de otras personas y son felices ignorando los propios. Viven ocupados tratando de acusar o  reformar a otras personas. Si esto se presenta  en dos personas que están en vínculo, lo cual es muy frecuente, se convierte en proyección recíproca: si soy dominante, indeciso, frío etc, acuso de ello a mi pareja y, según mi carácter, trato de corregirla o de castigarla; la otra persona por su parte  hace lo mismo y así dejan a un lado sus propios problemas, por lo tanto no dan los pasos o acciones necesarias  para su propio progreso y evolución como personas, que a la larga podrá redundar en una mejora de la relación y el surgimiento de un amor sano.

    El amor proyectivo hacia los hijos:
    Aquí se trata de proyectar los propios problemas en los hijos. Puede aparecer con el deseo de tener hijos. Deseos y sueños del padre o madre son proyectados en la existencia de este hijo: él sería el realizador de estos anhelos ajenos. Esta actitud conducirá al fracaso consigo mismo y en relación con  los hijos.  Primero, porque los problemas de existencia los resuelve cada quien y no se pueden resolver por poder o delegación y en segundo lugar porque como es evidente este padre o madre carece de cualidades para guiar a sus hijos hacia la búsqueda de dar sentido a su existencia.
    Por otra parte, los hijos también sirven como finalidad proyectiva cuando de disolver un matrimonio desdichado se trata. El argumento más usado es que no pueden separarse para no privar a los hijos de un hogar unido. Los estudios científicos demuestran que la atmósfera de tensión en una "familia unida" causa más daño a los niños que una ruptura franca que les transmite,  por lo menos, que el hombre es capaz de poner fin a una situación intolerable por medio de una decisión que sin duda requiere valentía, y a mi juicio previo a ello haber agotado los recursos de ayuda profesional. 

    La ilusión de que el amor significa, necesariamente, la ausencia de conflicto:
    Esto se presenta como un error muy frecuente, igual que la creencia de que el dolor y la tristeza deben evitarse en todas las circunstancias. Los que así lo creen  argumentan, con razón, que las disputas que observan a diario son  sólo intercambio destructivo, que no producen bienestar alguno. El asunto es el trasfondo de estas disputas  o "conflictos", de la mayoría de la gente, a los cuales hace referencia ese argumento, las cuales constituyen intentos de evitar u ocultar los verdaderos conflictos subyacentes. Generalmente se discute por desacuerdos sobre asuntos triviales, superficiales o secundarios que no contribuyen a aclarar ni solucionar  nada, ya que no tocan el meollo, la esencia del asunto. Pero hay un enfoque distinto: los conflictos reales entre personas, y su manejo, que no  ocultan o proyectan, se experimentan en el nivel profundo de su naturaleza y no son destructivos, contribuyen a aclarar, producen catarsis, construyen sobre discrepancias , desavenencias, desacuerdos, resueltos de forma funcional, Producto de esto  ambas personas emergen con más conocimiento y fortaleza como consecuencia de una interacción íntima clara, honesta, directa, focalizada, con reciprocidad y objetivos.

    Lo anterior lleva a destacar, enfatizar, que el amor sólo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de su existencia, esto es cuando cada una de ellas se experimenta a sí misma  desde el centro de su propia existencia. 

    Es en esa experiencia central que está la realidad humana, la base del amor. Se vive el amor como un desafío constante, no en reposo, sino en un moverse, crecer, trabajar juntos: que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho básico de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismo.  

    Únicamente hay una prueba de la presencia de amor : la hondura de la relación y la vitalidad y la fuerza de cada una de las personas implicadas: es por tales frutos por los que éste se reconoce.

    El amor es una capacidad de carácter maduro, productivo, el amar es algo consciente, no un hábito inconsciente. Involucra entre otras cosas:  el autorespeto, el respeto; la autoaceptación, la aceptación;  la unicidad, la diversidad; igualdad, diferencia; el disentir, convergir; libertad para disponer de sí mismo, compartir ; autoobservarse y observar; un adentro y un afuera.
    Bibliografía de referencia: E. Fromm. El arte de amar  Editorial Paidos.

    sábado, 26 de mayo de 2012

    Sembrar y cosechar: Vivir lo mejor posible, por mí y por los demás




    Venimos al mundo, sin que nos pidieran permiso para ello, está bien... eso es así y hasta ahora no es modificable. Luego nos crían (y crean) bajo determinadas creencias y patrones familiares; se forjan determinadas expectativas con relación a nosotros; se suscitan una y otra vez las experiencias, nuestro modo de vivirlas, interpretarlas y aprender de ellas determinará conductas futuras. En este proceso interviene directamente la familia y la acompaña la escuela, la comunidad, la televisión, la sociedad y el Estado. Aunado a esto, están los factores biológicos: heredados, innatos y adquiridos que hacen lo suyo. Por eso se dice que el ser humano es un ente biopsicosocial.

    El hombre y la mujer pasarán por las diferentes etapas del ciclo vital y se supone que en las etapas de adulto joven, adulto medio y adulto mayor serán capaces de tener autonomía, independencia, tolerancia a las frustraciones, responsabilidad, condiciones estas necesarias para el continuo avance del proceso de maduración humana que se expresa de forma intra e interpersonal.

    Hablemos metáforicamente y discurramos diciendo que :

    La vida transcurre como en en un constante proceso de siembra y cosecha: seleccionar las semillas, seleccionar y preparar el terreno, abonarlo, sembrar lo idóneo, cuidarlo apropiadamente, arrancar la maleza, alejar los agentes dañinos: protegiendo, eliminando; observar, esperar paciente y activamente y luego disfrutar los resultados: la cosecha .

    En el camino habrá lo que llaman situaciones atribuibles a factores del azar que a veces podemos controlar y otras no tanto (pero si manejar) y que dependiendo de nuestra actitud se pueden vivir como un caos o como algo que es parte natural y posible de ese proceso de siembra y cosecha.

    La cuestión es que siempre se podrá replantear la siembra. Siempre se siembra. Hay que aprender a sembrar, prepararse. Parte de ello es observar el proceso antes, durante y después: pre-siembra, siembra y  cosecha, ¿quiero hacerlo?  ¿se cómo hacerlo?  ¿para qué quiero esto? ¿qué necesito? ¿puedo sólo o necesito ayuda?  ¿obtuve lo deseado? ¿hay que cambiar algo? ¿qué trascendencia tiene el hacerlo bien o no? ¿Cuál es mi nivel de compromiso y responsabilidad? ¿cómo he contribuido al actual estado de cosas? ¿qué es preciso mejorar? ¿qué puedo hacer?  ¿qué podría pasar si no hago nada?

    Es imposible no sembrar, el asunto es que hay como resultado de ello. Corregir lo que haya que corregir y seguir sembrando con la esperanza y confianza que da el ser consciente y activo en lo vital. Variar, cambiar, nutrir: para no agotar los suelos y poder contar siempre con ellos en buenas condiciones.

    Tan importante es saber los tiempos de siembra como las necesidades y los posibles problemas. Y recordar que la cosecha siempre se comparte, siempre, en las mejores y peores circunstancias, actuemos con inteligencia y procuremos lo mejor. Lo que hago y dejo de hacer tiene consecuencias en el actual estado de cosas, no sólo para el otro u otros, también para mí , procuremos que estas sean  ventajosas entonces.

    Tanto en la siembra como en la cosecha, si queremos un proceso y producto de calidad, el ingrediente esencial es EL Amor, amor bien entendido y sano, no el que ahoga al otro, exige y no da, quiere que lo comprendan y no comprende, quiere que lo escuchen y no escucha, enjuicia, quiere solidaridad y muestra egoísmo, quiere que el otro haga pero no hace, quiere caricias y da espinas, quiere paz y promueve la guerra, se preocupa por su salud pero enferma al otro, se queja pero no busca resolver, quiere su espacio pero invade el del otro, quiere vivir y no deja vivir.

    Para amar hay que conocerse, aceptarse, respetarse, comprenderse, tolerarse (aceptar que todos somos diferentes y únicos), actuar con honestidad, ser humilde, dar y recibir, asumir y cumplir responsabilidades,  poner límites, ser flexibles, abrirse mentalmente , sentir  seguridad y confianza uno en el otro, valorar y valorarse. En síntesis hay que saber amar, querer amar y demostrarlo. El amor  no viene prefabricado, se construye, y necesita mantenimiento.


    Son palabras que serán vistas, oídas y sentidas, cada quien sabrá darse cuenta y extraer el aprendizaje necesario, sin meter el dedo en el ojo del otro, mirando para dentro, limpiando y abriendo las ventanas para que entre la luz, asomarse de cara a escuchar buscando comprender, sentir la necesidad ajena como propia, saborear lo dulce de la vida y ofrecerlo, impregnarse con el aroma de la paz, la calidez de los abrazos. Vivir y dejar vivir. Nuestra vida no se hipoteca, nos pertenece absolutamente, aprendamos a compartir en armonía. Dejemos los imprevistos al destino o azar y tomemos las riendas de nuestra vida sin dañar ni hacernos daño, ni permitírselo a otro. Convivamos.
                                                                                                                                                                                                                                                                        


    Msc.Soraya Clemente de F

    domingo, 20 de mayo de 2012

    El conflicto

    El conflicto está siempre presente en la interacción humana,  puede estar expresado en una simple desavenencia hasta en  el extremo de una agresividad manifiesta. 

    Una de las definiciones de conflicto dice que este es el esfuerzo que hace una persona para alcanzar un resultado de su interés y cuyo logro impediría  a otro el alcance de un resultado que también le interesa muy particularmente. 

    La gesta o fase inicial del conflicto se manifiesta por desacuerdos, desavenencias o discordias, definiremos estos términos por su antónimo:
    Un acuerdo es es algo lógico, racional; hacer un contrato , un compromiso sobre algo, entonces lo contrario de esto sería desacuerdo; por otra parte avenir  es allanar, convenir, conciliar entre dos partes a nivel afectivo. lo opuesto es desavenencia;  otro término afectivo que deriva de la palabra corazón es discordancia. Estas tres circunstancias  subyacen en el inicio de un conflicto. En esta fase  se considera que el asunto pueden ser resuelto entre las partes antes de que progresivamente vayan hacia un conflicto mayor que requiere de terceras instancias para mediar, conciliar , arbitrar.

    Examinemos un poco más el origen de estas circunstancias que hacen parte de las relaciones interpersonales a fin de reconocerlos para prevenir administrándolos oportunamente: 

    Un desacuerdo  puede tener su origen en diferencia en cuanto a los  objetivos: "alguien quiere ir hacia un lado y el otro quiere ir hacia otro"; en diferencia en cuanto al método: " usted lo quiere hacer de una manera y la otra persona lo quiere hacer distinto;  diferencia en cuanto a actitudes: " "usted cree que el buen padre debe ser activo en la crianza de los hijos  y el otro cree que se debe ser absolutamente liberal e intervenir lo menos".

    También encontramos conflictos sobre hechos  cuando las personas tienen definiciones  o conceptos antagónicos  sobre una situación o problema. La percepción es otro elemento: cada quien tendrá una opinión o versión sobre un suceso determinado y a partir de allí podrá o no surgir una desavenencia creciente. Están los conflictos relacionados con divergencias en cuanto a los fines : uno piensa en que la empresa debe mantenerse en un marco limitado y el otro que debe expandirse. Luego hallamos los conflictos sobre valores y principios: estos son probablemente la génesis de todos los demás, la conducta responde a valores  éticos y estéticos que  disparan desacuerdos por ser percibidas como amenazas a la concepción del mundo que tiene cada cual.  

    El conflicto pasa por etapas de desarrollo :
    La etapa de predicción: aquí se puede prever si una crisis o desavenencia 
    reciente puede avanzar hacia un conflicto.
    La etapa de toma de conciencia: reconocimiento de señales: desmotivación, rumores,, reclamos , quejas, falta de interés, críticas y cuestionamientos frecuentes, entre otras, hacen que las partes empiecen a darse cuenta de que se está gestando un conflicto.
    La etapa de análisis:en esta se habla abiertamente del problema y se promueven acciones para examinar lo que pasa. Se pueden visualizar en las partes involucradas las formas a favor del cambio o resistencia al mismo, elemento este que interesa mucho para el análisis y determinación de la evolución del conflicto : hacia una confrontación abierta o hacia la resolución apropiada.

    En una próxima entrega, volveré sobre este tema  inherente a la condición humana y que amerita que lo conozcamos, aprendamos y pongamos en práctica algunas nociones para una mejor calidad de vida.


    Referencia: Jaime Lopera . El lado humano del conflicto. Edit. Intermedio. 2006



    Msc.Soraya Clemente de F




    domingo, 13 de mayo de 2012

    La función Madre.


    Es importante tomar conciencia del rol e influencia de la madre en la formación de los hijos  y para  esto examinaremos sin ambages algunos aspectos relativos a la función de uno de los roles más significativos, reconocidos e impactantes de la sociedad: Ser Madre. 

    Florence Escardó, connotado médico de familia, plantea en una de sus obras: Anatomía de la Familia, que la palabra madre en sí misma encierra una connotación  naturalmente semisagrada que obstaculiza la toma de conciencia sobre este rol tan fundamental. En primer lugar, toda mujer madre siente hacia su hijo valiosísimos y positivos sentimientos, el asunto es el caudal y calidad de esos sentimientos que pueden hacer de esto algo pernicioso y a veces destructivo, sin que medie  intención de esto por parte de ella.

    El sentimiento maternal  es considerado una  necesidad con carácter de instinto en la casi totalidad de  las  mujeres, lo cual no implica que sea por sí sólo eficaz y suficiente para el ejercicio funcional de este  rol.  Evidencia de ello es que se pueden encontrar madres que les cuesta  expresar amor a sus hijos, otras que  no saben dosificar su afecto: escaseándolo o  dándolo en exceso,  circunstancias todas nocivas.

    Vemos entonces que muchas madres aman a sus hijos, se angustian, se sacrifican, hacen lo posible y lo imposible por ellos de diversas formas pero, en ese hacer no hacen lo justo, es entonces cuando sostenemos que el amor es indispensable  para el niño pero no basta para proveer una buena educación y lograr que éste  llegue a su potencial máximo. Debe haber entonces  amor e intuición - amor y conocimiento, también estrategia.  En síntesis un amor bien entendido y demostrado, con objetivos claros, conjugado con firmeza y flexibilidad.

    En otros casos observamos madres que permanecen pasivas, observadoras. Consienten todo, confunden exceso de tolerancia con amor, permitiendo, facilitando y estimulando el abuso. A veces lo usan como una forma de mantener el control con resultados contraproducentes

    En consecuencia, la madre debe dar al niño lo justo: tan malo es dar poco como dar en exceso.  Apreciar lo justo es un aprendizaje básico y esencial en el rol de madre. Un ejemplo es la madre que constantemente responde ante un niño que llora sin razón (habiéndose asegurado de que no hay motivo) y a pesar de esto lo mantiene alzado o lo lleva a la cama matrimonial. En tal caso,  no hace lo justo con el niño al permitirle interferir en las normas familiares de descanso nocturno; no lo hace hacia sí misma que amanecerá cansada y de mal humor;  tampoco hacia el padre o pareja. Es preciso que deje que el niño se calme y vaya aprendiendo que no será atendido cuando medien llantos sin razón. Es así que la intuición y el conocimiento con amor son herramientas que la madre debe poner en práctica para discernir lo justo de lo no justo.

    La madre necesita aprender a  administrar  la relación con sus hijos siendo  justa en sus tres roles : madre esposa y persona.

    En el desarrollo psicológico del niño la madre no sólo es una presencia, es una imagen, una referencia, un modelo, un estímulo para incentivar su interés en diversas áreas de la vida. Es falso que los niños deben admirar a sus padres sea cual sea su circunstancia; los padres deben ganarse el respeto, la estima y la admiración de sus hijos por lo que hacen y son efectivamente.

    Por otra parte la autoridad materna es una función que la madre debe asumir con integridad, no debe acudir nunca ni a la amenaza, ni al terror, mucho menos al castigo físico ya que con  esto, además de corroer la dinámica familiar, expresa la profunda inseguridad que tiene, como madre y hacia sí misma, en la dirección de la crianza de sus hijos. 

    La madre requiere como persona promover una unidad familiar autárquica  y autónoma, esto empieza con su propia emancipación, teniendo y accionando un proyecto de vida personal que le permita satisfacer necesidades, anhelos y sueños propios siendo activa y responsable en el funcionamiento familiar, lo cual elevará su autoestima.

    Es importante  enfatizar que la madre repite con sus hijos la actitud que tiene hacia sí misma y con mucha frecuencia la situación  que  vivió con su madre. Por ello es indispensable que ella haga consciente su rol y experiencia para extraer aprendizajes que le permitan implementar los cambios necesarios que la lleven a optimizarse como madre, lo cual pasa por adquirir una madurez emocional suficiente e independizarse psicológica y materialmente de cualquier persona con quien tenga dependencia.

    Sostiene este reconocido especialista, que quienes suponen la "profesión " de padres como una profesión difícil es porque nunca han pensado realmente en que la paternidad tiene aspectos profesionales Hay que recordar que son pocos los padres  idóneos que nacen con virtuosismo para este ejercicio, el resto tiene que disponerse al aprendizaje constante sabiendo la responsabilidad y compromiso que implica tener hijos. Hacer lo mejor posible, esforzándose y mejorando continuamente.

    Atender con interés activo la formación de hogar de los hijos, minimiza a futuro los riesgos de avatares y/o por lo menos los prepara y fortalece para superar las adversidades, momentos de crisis y dificultades inherentes al transitar por la vida.

    Cuando está el padre presente*, lo cual es deseable, madre y padre constituyen un equipo con igualdad de derechos y responsabilidades con relación a la funcionalidad y operatividad de la familia como totalidad, y con los hijos en especial.

    Próximamente ahondaré sobre este tema y examinaremos la función Padre.

    *Aunque estén separados o divorciados., el estar presente se refiere a ejercer activamente  con aptitud y suficiencia.


    1. Florence Escardó. Anatomía de la Familia. Editorial el Ateneo, Buenos Aires



    Msc.Soraya Clemente de F


    domingo, 29 de abril de 2012

    Relación de pareja satisfactoria: factores que la determinan

    El estar en pareja es un estilo de vida, una responsabilidad, un riesgo, un compromiso, una decisión dual,  y debe ser un acto de amor, que a mi juicio es lo único que salva una relación de cualquier avatar. 

    Cuando la relación inicia y mantiene una marcha incómoda, desagradable, no funcional, conflictiva se pueden encontrar causas, consecuencias y complicaciones, inequívocamente, en el hacer o dejar de hacer de uno y/o ambos integrantes.

    Por otra parte,  en los asuntos de pareja no es suficiente con que uno  de ellos quiera y haga para que la relación funcione, es un sistema y los dos deben estar conscientes y dispuestos en ese querer y hacer  para sanar y preservar la relación.

    Al estar en pareja, es cuestión de salud sentirse cómodo, satisfecho, lo cual no quiere decir que de vez en cuando no haya algún sacudón, pero que esto no sea la norma, lo cotidiano, que nos lleve a desear o pensar en una disolución a corto o mediano plazo. 

    Seguidamente les presento un artículo que explica que hace que podamos sentirnos satisfechos o insatisfechos en una relación de pareja y a partir de allí cada quien podrá decidir una estrategia para hacer funcional su relación, o por lo menos contribuir a ello, amén de reflexionar al respecto, más aún cuando hay hijos, tengan la edad que tengan, y también nietos.     
    Msc.Soraya Clemente de F

    La satisfacción en pareja

    Quizá para poder empezar a hablar del origen de los conflictos de pareja, deberíamos empezar por plantear cómo se consigue crear la satisfacción en pareja. Muchas personas, piensan que para estar con alguien, con quererle ya es suficiente, pero no es así.
    Muchas parejas se rompen queriéndose mucho y si esto es así es porque hay otros factores importantes que hay que tener en cuenta para poder sentirse pleno al lado de otra persona y poder crear una relación duradera y estable.

    Estos factores podríamos reducirlos a tres, que son

    • El amor: obviamente si no existe amor entre dos personas no hay base.
    • La reciprocidad: además de amar, en una pareja damos para recibir, pero además de dar y recibir, digamos que tenemos que encontrar en el otro a aquella persona que me aporte lo básico y lo suficiente que yo espero recibir.
    • Las expectativas: una pareja la constituyen dos personas con unos objetivos en común y que mirar hacia el futuro en la misma dirección.
    Partiendo de esta base podemos plantear algunos de los conflictos más habituales que suelen surgir en las relaciones de pareja.

    Los conflictos de pareja relacionados con el amor serían

    • El final del amor.
    • Confusión de sentimientos: cuando se lleva mucho tiempo con otra persona el sentimiento amoroso es menos intenso que en la fase de enamoramiento del principio, pero mucho más fuerte y estable. Si en ese momento aparece una tercera persona, un miembro de la pareja puede sentirse atraído o tener una fase de enamoramiento puntual. Si en ese momento se deja llevar, puede estar renunciando a lo más importante del amor y a su pareja.
    • Empezar una relación basándola en una amistad: con la esperanza de que el tiempo la transforme en amor.

    Los conflictos de pareja relacionados con la reciprocidad serían

    • Desigualdad: un miembro de la pareja da mucho más de lo que recibe y lo que recibe es poco adecuado para lo que necesita.
    • Establecer roles demasiado rígidos: en pareja todos tenemos nuestros roles, pero si esos roles se establecen muy rígidos, al final no se permite la evolución personal del individuo y por otra parte la pareja se mantiene inamovible, entrando no solo en la rutina, sino en la insatisfacción. Los roles tienen que ir variando en función de las necesidades de cada uno, en un momento dado uno se encarga de la limpieza del hogar puesto que el otro trabaja más horas, pero cuando la situación varía, el rol también debe hacerlo. En otro momento, uno tiene que hacer el rol de cuidador porque el otro está enfermo, pero cuando la situación varía nuevamente tienen que reestablecerse los roles. Las necesidades humanas son distintas y van cambiando en función de cada momento individual y si no nos adaptamos a esto lo que aportamos en pareja puede resultar inadecuado.
    • Creación de clima negativo: cuando recibo algo negativo en pareja, suelo devolverlo rápidamente y también de forma negativa. Así sólo entramos en un círculo de críticas que nos lleva a ambos a una escala de tensión y a crear un clima incómodo y de discusión constante.
    • Deseo de que el otro adivine lo que necesito: cada persona necesitamos cosas distintas en pareja, si no informo a mi pareja cuando no me está dando lo que yo necesito y lo dejo a su capacidad de adivinar mi pensamiento, puede suceder que no atine y por lo tanto es castigado injustamente y no consigo mis objetivos.
    • Problemas de comunicación y empatía: si no nos ponemos en la piel del otro y no conseguimos comunicarnos con la pareja, al final se crear un círculo en el que no entiendo lo que me dicen y tampoco me siento comprendido.

    Los conflictos con respecto de las expectativas podrían reducirse a dos

    • Expectativas diferentes: es lo que surge cuando se plantean problemas importantes sobre dónde vivir, forma de vida, si quiero o no tener hijos y el número de ellos, relaciones familiares y demás.
    • Expectativas poco realistas: a veces la ilusión del cuento de hadas donde todo es maravilloso y perfecto, hace que uno de los miembros de la pareja exija demasiado al otro. En este sentido ese tipo de expectativas no suele fallar solo en una relación de pareja, sino que se va arrastrando a todas. Cuando mis expectativas son muy ambiciosas tendré que hacerlas reales.
    En general hemos podido exponer algunos de los conflictos de pareja más comunes que luego poco a poco iremos profundizando en sucesivos artículos.
    María Jesús Adán
    Psicóloga y directora del Centro Psicológico Adán

    Conflictos de pareja. Un asunto relevante para la familia y los involucrados

    Les recomiendo esta lectura, ojalá sirva para prevenir , detener a tiempo, decidir hacer algo a favor de evitar una ruptura sin regreso, ayudar a alguien a ayudarse.


    COMO RECONOCER EL FIN DE UNA RELACIÓN
    Karina Galarza Vásquez
    Reconocer si experimentamos sólo dificultades o si estamos ante el principio del fin de la relación es una tarea ardua para todas las parejas. ¿Cómo saber si llegó el momento de decir adiós?
    Ante esta situación, mujeres y hombres quedan inmersos en mar de emociones, sentimientos y sensaciones encontradas, por lo que se les complica tranquilizarse para identificar en qué punto de la relación se encuentran.
    “Aunque todas las parejas comparten infinidad de elementos, siempre existen ciertas diferencias, las cuales no son la fuente de conflicto, sino el manejo incorrecto de las mismas. Asimismo, es inútil pensar que las parejas no van a tener contrariedades, pues hay ciertas áreas problemáticas que prácticamente no cambian”, refiere Irmgard von Wobeser, especialista de la firma Von Wobeser Human Consulting.
    Podría decirse que el momento en el que una relación deja de aportar ese conjunto de elementos que la propició, como afectividad, emoción, seguridad y disfrute sexual, entra en crisis. “Entre los factores más importantes que debemos analizar se encuentran el vínculo, amor sexual e interés afectivo que tiene uno sobre otro, pues no es nada grata la convivencia entre dos personas que ya no se aman”, explica Cecilia Quero, psicoterapeuta con especialidad en parejas y sexología adscrita a la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (Amapsi).
    Análisis de la crisis
    No existe fórmula alguna que garantice el éxito de la vida en pareja. ¿Cuándo podemos decir que una relación está en crisis? “Cuando el sentimiento ya no es lo que en un momento me llevó a querer estar con la persona”, responde Cecilia Quero. Y agrega que hay una teoría propuesta por el Dr. Marco Eduardo Murueta —presidente de Amapsi—, la cual refiere que el amor es una experiencia que se construye a través de nueve elementos:

    Reconocimiento. Consiste en expresar los aspectos que agradan de uno mismo y de la otra persona.
    Convivencia. Se fundamenta en las vivencias conjuntas; por ejemplo, jugar, comer o beber; compartir eventos como fiestas, cine, teatro, música, viajes y lecturas, y reír juntos.
    Generación de experiencias especiales agradables. Quien las propicia se integra (en forma simbólica) en la identidad de su contraparte; sobre todo, en la medida en que esas vivencias generadas son poco comunes. Incluyen imagen personal, detalles, sorpresas, regalos, risa, placeres físicos y fantasía, entre muchas otras.
    Contacto físico agradable. Es clave para determinar los niveles de profundización amorosa. Abarca desde la mirada hasta las relaciones sexuales, entre muchas otras variantes.
    Cooperación. Realizar actividades en las que cada quien colabora voluntariamente para lograr un resultado único, sin duda, es fuente de enamoramiento. Puede ser desde mover un mueble hasta juegos o trabajos en equipo.
    Creatividad compartida. Generar en conjunto actividades interesantes o estéticas que antes no existían, como el decorado de la casa, obra artística o procreación de un hijo, son símbolos de identificación amorosa.
    Éxito compartido. La sensación de haber alcanzado una meta importante mediante esfuerzos combinados produce alto grado de emoción satisfactoria.
    Narrativa externa. Platicar las vivencias cotidianas, anécdotas o recuerdos, así como escuchar con atención lo que le ha ocurrido al otro, es fuente de comprensión e identificación progresiva, siempre y cuando lo narrado no sea agresivo para el que escucha.
    Competencia externa. La cohesión de una pareja requiere que esta unidad se contraste con otras similares; en la medida en que esta comparación externa falta es más probable que afloren diferencias internas. Se sugiere competencia sana y positiva, es decir, en equipo por ser mejores en los aspectos que se consideren relevantes. No se trata de combatir por ser menos malos ni poner “zancadillas” a los demás.
    “De acuerdo con el Dr. Murueta, dichos elementos constituyen la experiencia del amor. Si uno o varios de ellos están ausentes se genera distanciamiento, y ahí puede pasar todo, incluso una pareja alterna”, advierte Cecilia Quero. En este sentido, pensar que una relación está mal porque él o ella se involucró con otra persona es un error que va a impedir enfrentar la crisis y, al final, puede generar una separación porque siempre estarán presentes un culpable y una víctima. Quizá lo más sensato sería pensar que algo en la relación estaba mal desde antes.
    “Uno de los problemas más fuertes en esta sociedad es privilegiar el vínculo amoroso sobre cualquier otro. A ello se suma que las personas esperan obtener todo de la relación y la perciben como su universo”, anota Irmgard von Wobeser. Asimismo, la especialista está convencida que nuestra biología no es monogámica: “tenemos sólo una pareja por elección, por lo que al estar en una relación que implica sacrificios y problemas es fácil sucumbir ante la tentación de tener otro lazo afectivo”.
    Los “cuatro jinetes del Apocalipsis”
    En México va en aumento el número de parejas separadas o que están en ese proceso. “Hay una estadística muy interesante, la cual refiere que a fines del siglo XIX los matrimonios duraban juntos 20 años y luego los separaba la muerte; no había divorcios y la gente lo resistía. En la actualidad, a la mayoría de los enlaces los separa el divorcio y son menos a quienes aparta la muerte”, subraya Irma von Wobeser.
    Y agrega que, según estudios recientes del investigador estadounidense John Gottman, hay cuatro patrones de interacción que rompen la relación y se asocian con alta probabilidad de terminar en divorcio. “Los denomina ‘los cuatro jinetes del Apocalipsis’: 1) ataque o crítica; 2) desprecio; 3) ignorar o retirar el habla y 4) rechazar cualquier queja de la pareja”.
    Estos cuatro patrones, añade la especialista universitaria, se concatenan generando una espiral de secuencias de interacción que lleva a la pareja a la destrucción del matrimonio. El problema no radica en las diferencias o conflictos mismos, pues son comunes e inevitables en la mayoría de las relaciones. Para impedir el rompimiento, Gottman sugiere aceptar la responsabilidad en vez de defenderse ante la queja, pues las personas que desprecian devalúan a su pareja y no saben controlar su enojo sin menospreciarla.
    Los estudios de Gottman también señalan que existen dos épocas delicadas durante el matrimonio. La primera incluye los primeros siete años, durante los cuales hay elevado número de divorcios después de una media de 5.2 años de unión. La siguiente es la que va de los 16 a 20 años, generándose muchos divorcios después de 16.4 años.
    “Vamos a darnos un tiempo”
    Si está consciente de que las cosas con su pareja no están funcionando como antes, en vista de preservar la relación ¿será momento de tomarse un descanso? Al respecto existe cierta controversia, pues para algunos sectores la separación momentánea podría permitir a la pareja despejarse de todas las telarañas y aclarar su mente. En tanto, hay quienes consideran a esta tregua el principio del fin.
    Cecilia Quero comenta que es común que uno de los integrantes de la pareja proponga que se den un tiempo; sin embargo, desde su perspectiva y su experiencia terapéutica no siempre es lo más recomendable. “He tenido pacientes que llevan esperando 10 años, y en ese periodo sus ex parejas ya han tenido varias relaciones”.
    Quienes piden la separación refieren: “Estoy confundido (a)” o “quiero poner en orden mis pensamientos”. “En la terapia les pregunto a ambos miembros de la pareja si aman a ‘x’ persona y si se aman uno al otro y de inmediato responden. Entonces, es obvio que quien pide la tregua no está muy confundido que digamos respecto a sus sentimientos”, indica Cecilia Quero. Y acentúa que estas separaciones le dan la oportunidad a quien la propone de buscar otra relación, mientras la contraparte no sabe qué hacer.
    Cuando la pareja propone la separación temporal uno tiene la opción de aceptar o no. “Es totalmente respetable si alguien accede porque tampoco se trata de someterse a todo lo que nos dicen que tenemos que hacer. En ese tiempo es posible replantear la posición y tomar decisiones”, señala la psicoterapeuta.
    De acuerdo con Irmgard von Wobeser, el “vamos a darnos un tiempo” tiene ciertos rasgos positivos, toda vez que permite apaciguar los ánimos y reflexionar. “Considero que los miembros de la pareja necesitan estar tranquilos para resolver sus conflictos, y esto a veces se da desde la distancia. Por supuesto, se trata de medida peligrosa porque no sabemos hacia dónde se dirigirá la pareja o a lo mejor se involucra con otra persona. Pero quizá es más riesgoso permanecer en una relación deteriorada donde a veces, desde mi experiencia clínica, llega un momento en que ya no es reparable”.
    En cuanto al tiempo que debe durar la separación, la especialista de Von Wobeser Human Consulting considera que pueden ser seis meses o un año, pero reconoce que cada pareja debe hacer su negociación. “Creo que estar separado te da otra dimensión e incluso puedes ayudarte a decidir si lo mejor es el divorcio”.
    Una mala racha será sólo crisis si es superada, pero se convertirá en separación definitiva si el amor acaba. No se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, todo un entramado de relaciones y amigos. Por tanto, si la pareja se encuentra con problemas es conveniente que acuda a un terapeuta que desbloquee la situación y habilite espacios para restituir el equilibrio y ayudarles a decidir lo que más les conviene.

    jueves, 5 de abril de 2012

    Comunicarnos de forma no violenta

    En el proceso de comunicarse, de forma no violenta, se observa lo siguiente:  primero, la capacidad de percibir las acciones concretas del otro que nos están afectando, luego, precisar qué sentimos como resultado de ello: nuestras emociones, seguidamente, si somos capaces de identificar los valores, necesidades, deseos, temores, experiencias previas  que  sustentan o dan origen a esas emociones o sentimientos que estamos experimentando y finalmente, si somos capaces de manejar esa situación pidiendo o realizando acciones concretas que redunden en nuestro beneficio y el del otro.

    Nótese que al inicio se expresa que la comunicación es un proceso, es decir, que ocurre por etapas e implica tiempo y cualidades como paciencia, humildad, tolerancia, comprensión de lo humano, la capacidad para  darse cuenta de si mismo y del otro, así como tener claro el objetivo, significado y relevancia de la persona y el asunto. 

    Requiere entonces, un esfuerzo racional y emocional; esfuerzo que genera desgaste pero, más lo genera el actuar sólo desde lo emocional: rabia, tristeza, humillación, angustia, que podríamos estar sintiendo, justamente, ante determinada situación.

    Hay algo que siempre repito desde que lo escuché y fui capaz de comprender su significado: TODO PASA, y en ese transitar hay que salir lo más fortalecido posible y con un mínimo de dañó , incluso el colateral.


    Msc.Soraya Clemente de F

    domingo, 4 de marzo de 2012

    La Responsabilidad de ser Padres


    Ser padres es con seguridad la tarea de mayor envergadura que decidimos* acometer en nuestra vida debido a sus implicaciones, complejidad, diversidad, dinamismo, retos, trascendencia... hecho hermoso, grato, emotivo... y algunas veces doloroso, angustiante, preocupante.
    Es una tarea guiada fundamentalmente por el amor bien entendido y juzgada por sus resultados. Requiere entonces, preparación (antes y durante), involucración y compromiso. Señalo a continuación algunas ideas para reflexionar:
    • La responsabilidad de la educación de los hijos es de ambos padres, es inconveniente recargar sólo a uno de estos en dicha tarea. Para óptimos resultados debe ser un trabajo en equipo. Los padres, sean pareja o no, deben construir y mantener una relación sana, además de estar claros en sus roles.
    • Los hijos necesitan participar de forma sentida en la familia, ser valorados, escuchados y tomados en cuenta.
    • Los hijos podrían tener proyectos de vida diferentes a las expectativas de los padres y esto debe ser aceptado, ya que es parte del proceso de autonomía y crecimiento, indispensable para la independencia, propio de las diferencias individuales y unicidad de cada ser humano. Lo anterior no obvia la necesaria orientación por parte de los padres quienes son guías fundamentales en ese proceso.
    • La confianza, aceptación, tolerancia, paciencia y apertura hacia los hijos son factores esenciales tanto para el logro de una comunicación fluida y eficaz como en el desarrollo de una personalidad segura.
    • En la dirección de la crianza hay dos estilos que deben ser evitados por sus resultados indeseables: el autoritarismo y la permisividad, es preciso buscar el equilibrio que provea una adecuada disciplina familiar en un clima de cordialidad: firmeza y afectividad.
    • Se requiere entonces corregir la conducta del niño sin agredirlo en su ser como persona. También es perjudicial ignorar, recurrentemente, conductas no loables, inoperantes, inapropiadas, inadecuadas, nocivas ya que con ello se estaría contribuyendo a una formación distorsionada disfuncional. La clave es equilibrio: integrar saber y estrategia con lo emotivo: manifestaciones de afecto que lo hagan sentirse querido y autocontrol al relacionarse y disciplinar.
    • Padres muy cariñosos pero complacientes o no activos en la disciplina pueden generar tanta disfuncionalidad como padres poco afectivos y castigadores.
    • Se aprende a ser padres siendo padres, en un ejercicio auto-observante, responsable, informado sobre cómo ocurre el desarrollo infanto-juvenil en sus diferentes esferas e implementando estrategias de crianza y amando sanamente a nuestros hijos.
    • El principal interés es contribuir en la preparación de un ser humano, una persona para la vida, tarea inacabada y que ellos mismos irán complementando, pero ya con una base, cuando salgan del hogar primario y marquen por si mismos su recorrido vital, sin muletas, con alas propias, plenos de recursos.
    Es importante tener conciencia de esta altísima responsabilidad: preocuparse y ocuparse.

    *Sea cual sea la circunstancia, habrá sido una decisión, bien o no tan bien pensada, preparados o no, la decisión tiene un resultado: el nacimiento de un ser y la responsabilidad primaria que se asume por lo que será la base de la vida de esa persona.


    Prof. Soraya Clemente de F